miércoles, 12 de octubre de 2016
Campistas de la delegación de Caldas garantizan la seguridad de propios y visitantes
Prensa Coldeportes
La formación en valores es el eje transversal que identifica el Programa Nacional Campamentos Juveniles de Coldeportes. Su esencia es tan profunda que logra cambiar vidas y transformar sociedades.
Para garantizar el éxito de un espacio tan amplio y diverso que alberga a más de mil jóvenes de todo el país, se debe ser minucioso con cada detalle. Desde los uniformes hasta la alimentación y la seguridad son aspectos que deben funcionar a la perfección.
Gran parte del orden y la tranquilidad que experimentan los visitantes de 29 departamentos que se instalaron en Manizales desde este lunes y hasta el próximo sábado son producto de la labor que desempeñan 25 campistas de la delegación anfitriona, la de Caldas, quienes son los encargados de mantener la seguridad de sus similares.
"Partimos de los principios del respeto y la tolerancia para garantizar la seguridad. Para ello contamos con vigías que se ubican en tres torres desde donde se divisa todo el campamento, incluida la carpa principal, las cocinas, los baños y la zona de acampada. Su deber es observar y reportar las novedades y el flujo de quienes usan el espacio del que disponemos en el Bosque Popular El Prado", explicó Fabián Ricardo Bedoya, líder de la Región Cafetera de Campamentos Juveniles. (Escuchar audio) El coordinador hace referencia a los 50 mil metros cuadrados donde se ubicaron los protagonistas de la XXV edición de la iniciativa de Coldeportes, que en esta ocasión se desarrolla en una de las maravillas naturales más importantes del país.
La portada principal construida en forma de puente además de dos torres instaladas en el campo dos y en la zona de comedores y cocinas, son los puntos estratégicos desde donde se preserva la sana convivencia.
En turnos de dos y tres horas, durante el día y la noche, sin importar las condiciones climáticas, voluntarios convencidos del aporte que Campamentos Juveniles les hace a sus vidas y a su vez ellos a la construcción de país, cumplen a cabalidad con una función en la que un pito y un radioteléfono, además de la honestidad como bandera, son sus herramientas de trabajo.
Cristhian Chávez, estudiante de psicología en el municipio de La Dorada y vigía de Campamentos, aseguró que "esta experiencia es enriquecedora desde todo punto de vista porque nos enseña que el compromiso es un elemento fundamental para cumplir con un objetivo tal como lo soñamos".
Esta labor, silenciosa pero estratégica, se convierte en un vehículo cuyo motor es la pasión y su destino es mantener, tal como reza el eslogan del programa, la paz, fraternidad y hermandad ahora y siempre.
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