
Francisco Mosquera celebra su victoria en el Mundial de Pesas de Anaheim, en 2017. IWF
Francisco Mosquera, un campeón
lunes, 06 de abril de 2020
Prensa Mindeporte
Bogotá, 6 de abril de 2020. Rio de Janeiro, una ciudad maravillosa, que atrae a propios y extraños. En 2016 fue el epicentro del deporte mundial: todas las miradas se clavaron en ella. Era sede de los Juegos Olímpicos, los primeros que se realizaban en Sur América. Muchos llegaron con la ilusión de representar a su país, de dejar su nombre escrito con letras doradas en la historia de las justas. Sin embargo, el destino muchas veces tiene otros planes.
Fue el caso de Francisco Mosquera. El pesista colombiano llegaba con el pecho hinchado por clasificar a sus primeras justas, lo hacía al lado de Óscar Figueroa en la categoría de los 62kg. Las sonrisas le decoraban la cara, la alegría le desbordaba el alma. Pero el martes 26 de julio todo cambió. En el segundo día de entrenamientos del seleccionado nacional, una mala mecánica al levantar las pesas hizo que la rodilla no soportara y cediera: sufrió una ruptura del tendón rotuliano. Adiós Olímpicos.
Fue una semana difícil. Tuvo que regresarse para Colombia, con una amargura en la garganta que no le pasaba. El 12 de agosto en el Hospital Universitario del Valle, en Cali, tuvo que ser operado. El encargado de la cirugía fue el doctor Mario Figueroa. Ese fue el principio de un proceso de recuperación largo y doloroso. De un camino que lo llevó al límite, que le sacó lágrimas, pero que también le enseñó a tener confianza en sí mismo, a superarse.
A su lado siempre estuvieron sus seres queridos, encabezados por su mamá, Ana Isabel Mosquera. Y también el entrenador de la selección de Colombia de Pesas, Oswaldo Pinilla. Todos pendientes, asesorándolo, impulsándolo. A ellos se les sumó la fisioterapeuta María Cristina Pazos, quien siempre le levantó el ánimo con unas palabras, que fueron vitales para su recuperación: ??No estás lesionado, olvida lo que pasó, empieza desde cero??.
Durante ese proceso, fue vencido muchas veces. Pero nunca dio el brazo a torcer. Siempre que tenía una recaída, volvía con más ganas de superarse. Poco a poco fue regresando a competencia. El 2017 fue un año que quedará escrito con letras doradas. En Guatapé, Antioquia, marcó su regreso. Fue un nacional de pesas. Allí empezó a deshacerse de los miedos de levantar las pesas; ahuyentar los dolores. Se quedó con el oro, lo que le dio el cupo a los Juegos Bolivarianos, de Santa Marta.
En la capital del Magdalena también tuvo una actuación sorprendente y se quedó con tres oros, que le abrieron el camino, a su objetivo: el Mundial de Pesas de Anaheim. Ese se había convertido en su principal objetivo del año. Las cosas no empezaron bien, levantó solo 130 kg en la prueba del arranque y finalizó séptimo. Las dudas se tomaron su cabeza, pero el camino que tomó para llegar hasta ese momento fue más inspirador, se agarró de él y sacó fuerzas para terminar de la mejor manera.
En la prueba del envión alzó 170 kg y se quedó con la medalla de oro, lo que además fue suficiente para quedarse en el primer puesto en el total (300 kg). Fue un instante inolvidable, sublime, que se repetirá en su cabeza una y otra vez. Rodillas al suelo, mirada al cielo y celebración, Francisco Mosquera estaba de vuelta. A pesar de los obstáculos, la constancia y la disciplina lo llevaron a ser el número uno en los 62 kg del Mundial de Pesas de 2017.
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