Ministerio del Deporte

Seguramente en las páginas de los periódicos nunca se habló de los protagonistas que tras bambalinas también hicieron un trabajo impecable. Pero para Edwin Daniel Gómez Guerra eso no es inconveniente, de hecho su labor entre más inadvertida, mejor.

En la vigesimoquinta edición de los Juegos Social Comunitarios por la Paz y la Convivencia en Bosconia hay talento por doquier. Ejemplo de ello es este juez que apenas finalizaron las justas que abren el ciclo olímpico, empacó maletas para el Cesar, donde tenía un compromiso inaplazable.

"Muchos amigos me dijeron que no iba a venir porque ya estaba en otro nivel. Pero yo no me olvido de mis raíces, y acá estoy", asegura entre risas mientras ubica la protección con la que cubre su rostro durante los partidos de sóftbol en El Copey, Cesar, subsede de los Juegos que organiza Coldeportes.

Su presencia en Santa Marta representó un logro que equivale a un escalón importante con el que recorta el camino hacia su sueño: estar en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. "En Colombia hemos venido trabajando en la formación y gracias a Dios nos han tenido en cuenta en varios eventos, por eso en marzo del próximo año tendremos en Cartagena una certificación internacional".

Pero si hay algo que tiene claro Edwin son sus orígenes, de ahí su crecimiento profesional. Y como retribución, nada mejor que dar ejemplo como los buenos hijos que vuelven a casa. "Venimos desarrollando una labor con Nelson López, fundador de los Juegos, desde hace varias años y siempre estaremos prestos a colaborarle porque este es un evento que llena de alegría a los participantes", agrega con simpatía.

Mientras imparte justicia y disfruta de su pasión en casa, Edwin se pone a punto para seguir haciendo historia como árbitro y como colombiano. Su próximo reto será también en suelo propio, esta vez en Barranquilla, donde aportará al juego limpio en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018.